miércoles, 19 de marzo de 2014

Mensaje de Cuaresma 2014 de Mons. Saul Figueroa, Obispo de Puerto Cabello


A nuestros sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos


1. La Cuaresma es el tiempo litúrgico de preparación para la Pascua, centro de la vida cristiana. Durante el mismo debemos encontrarnos con Jesucristo, el Hijo de Dios que murió y resucitó para darnos la vida eterna. Sólo quien se encuentra con Jesucristo es capaz de convertirse. De allí que el tema recurrente de la Cuaresma sea precisamente la conversión. Las prácticas cuaresmales tradicionales; la oración, el sacrificio y la caridad, pretenden, en última instancia, favorecer esa tarea.

2. En lo que atañe a la oración, es muy importante que en este tiempo, profundicemos en la plegaria diaria, a través del coloquio cotidiano con el Señor. Lo mismo dígase de la oración litúrgica, particularmente, la Eucaristía, centro de la vida cristiana. De igual manera, debemos aprovechar al máximo el sacramento de la Reconciliación. Así como incentivar la lectura de la Sagrada Escritura. 


3. Respecto al sacrificio en el tiempo de Cuaresma, es recomendable incentivarlo con el fin de controlar y dominar nuestras malas inclinaciones. El ayuno y la abstinencia siguen siendo unas prácticas muy laudables. Sin embargo, si éstas no vienen acompañados por el cumplimiento de muestras obligaciones diarias, correrían el peligro de convertirse en meras realizaciones externas. El Señor no quiere que lo alabemos sólo con los labios.


4. La tercera práctica cuaresmal es la caridad. Ésta es el “corazón de la vida cristiana”, es el mayor signo de la conversión cristiana, que nos lleva a fijar la mirada en el otro, a no ver a los demás como seres extraños, sino como prójimos. En el mensaje de Cuaresma de su Santidad Francisco denominado “Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza” (cfr. 2 Cor 8, 9), nos invita a hacer frente a la miseria. Que ofrezcamos un servicio de diakonia, para responder a las necesidades y curar las heridas que desfiguran el rostro de la humanidad. En los pobres vemos el rostro de Cristo; amando y ayudando a los pobres amamos y servimos a Cristo. Nuestros esfuerzos se deben orientar a encontrar el modo de que cesen en el mundo las violaciones de la dignidad humana, las discriminaciones y los abusos, que, en tantos casos, son el origen de la miseria. (Cfr. FRANCISCO, Mensaje para la Cuaresma 2014) 

Por tanto, la cuaresma es una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad. Especialmente hacia los más pobres. Ojalá, sirva esta cuaresma, para organizar mejorar nuestra pastoral social en nuestra Diócesis. Que todas nuestras parroquias tengan alguna obra social de cualquier índole: un comedor, una farmacia, un dispensario médico, un ropero, mercado para los pobres.


5. Durante este tiempo cuaresmal, la Iglesia en Venezuela concretiza la practica de la caridad en la Campaña Compartir, que tiene este año como tema la alimentación: “Una sola familia humana, alimentos para todos”. “Sembrando la alimentación, nacerá la vida”. Esta campaña busca concientizar sobre el derecho a la alimentación, como algo legal y claramente definido, que obligue a los gobiernos a reducir la desnutrición crónica, la malnutrición y garanticen la seguridad alimentaria de la población, entendida como la disponibilidad suficiente de alimentos. Esto se puede lograr, entre otras cosas, a través de la promoción de diferentes iniciativas que permitan desarrollar un trabajo en favor de los más pobres.


6. Por último, no podemos permanecer indiferentes ante la grave situación de convulsión política y social que vive actualmente nuestro país. Todos anhelamos una paz duradera y permanente para nuestra sociedad. Por ello las partes involucradas deben hacer un inmenso sacrificio que les lleve a sacrificar posturas rígidas y soberbias que no conducen en nada a resolver los graves problemas que confrontamos. Así mismo, no debemos olvidar que la paz, no es solamente el producto de acuerdos políticos e ideológicos. Es necesario también pedir al Príncipe de la paz que nos la conceda. Para ello es necesario también contar con la oración y el sacrificio, propios de este tiempo de cuaresma.


7. Queridos hermanos, los invito a celebrar con intensidad la cuaresma. Deseamos que nuestra relación con Cristo sea cada vez más fuerte. Pues sólo en él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero. Con mis mejores deseos por una santa y fecunda Cuaresma, les encomiendo a la intercesión de la Santísima Virgen María y de San José y de corazón les imparto a todos mi bendición.


Puerto Cabello, 17 de marzo de 2014
+Saúl Figueroa Albornoz
Obispo de Puerto Cabello

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