Hoy celebramos el día de San Juan Bosco nacido en Becchi en 1815, sacerdote italiano, también llamado Don Bosco. Su niñez fue dura, pues después de perder a su padre, tuvo que trabajar sin descanso para sacar adelante la hacienda familiar. Se cuenta que aprendió a leer en cuatro semanas; quería estudiar para ser sacerdote, por lo que tenía que hacer todos los días a pie unos diez kilómetros (a veces descalzo, por no gastar zapatos) para ir a estudiar en el liceo de Chieri. Con el fin de pagar sus estudios trabajó en toda clase de oficios.
Ordenado en 1841 y preocupado por la suerte de los niños
pobres, particularmente por su imposibilidad de acceso a la educación, a partir
de 1842 fundó el Oratorio de San Francisco de Sales. Estableció luego las bases
de la Congregación de los sacerdotes de San Francisco de Sales, o salesianos
(1851), aprobada en 1860, y de su rama femenina, el Instituto de Hijas de María
Auxiliadora. Tales instituciones, dedicadas a la enseñanza de los niños pobres
(a los que se formaba en diversos oficios y en la vida cristiana), se
desarrollaron con rapidez gracias al impulso de uno de los grandes pedagogos
del siglo XIX.
La orden salesiana alcanza hoy en día 17.000 centros en 105
países, con 1.300 colegios y 300 parroquias, mientras que el instituto femenino
de María Auxiliadora (las Hermanas Salesianas) posee 16.000 centros en 75
países, dedicados a la educación de la juventud pobre. Ya en vida de Don Bosco
las instituciones por él fundadas llegaron a reunir más de cien mil niños
pobres bajo su protección.
Además de su labor educadora y fundadora, San Juan Bosco
publicó más de una cuarentena de libros teológicos y pedagógicos, entre los
cuales cabe destacar El joven instruido, del que se llegaron a publicar más de
cincuenta ediciones y un millón de ejemplares sólo en el siglo XIX. El propio
santo se encargó también de compilar y editar los llamados Sueños de Don Bosco,
un total de 159 sueños en ocasiones premonitorios que tuvo a lo largo de su
vida, el primero de ellos a los nueve años de edad.
San Juan Bosco murió la madrugada del 31 de enero de 1888 en
Turín. Durante tres días, la ciudad piamontesa desfiló ante su capilla
ardiente, a cuyo entierro acudieron más de trescientos mil fieles. Fue
beatificado en 1929 y canonizado en 1934; para su canonización se presentaron 650
milagros obrados por él.
Fuente: biografiasyvidas.com